Relatos breves de una vida
Elena18/11/2020 Lo que sucedió fue que Emilio se había enamorado de Elena y que, por descuido, se alejó de ella. -Era la mujer de mi vida –murmuró, sintiéndose atormentadamente culpable. Pero Emilio no se resignó a la pérdida; la buscó por todas partes. Acudió a una comisaría: -Busco a una mujer. -¿Cómo es? -Hermosa. Tiene los ojos claros, más azules que el cielo y menos que el mar. Y su cabello es miel, y su piel es la de un melocotón, y su sonrisa no es de este mundo. -¿Cuándo la vio por última vez? -No lo sé. Acudió a una juguetería: -Estoy buscando a Elena –dijo. -Acabo de abrir y es usted el primer cliente –le informó el dueño-. No ha venido nadie por aquí. -Usted vende muñecas de porcelana. -Es cierto. -Elena debe de estar entre ellas. -¿Es una pieza de colección? -No lo sé. Acudió a una pastelería: -¿Ha visto usted a Elena? –le preguntó a la encargada. -¿Cómo es? -Dulce. Intensa y sutil como una trufa y hechicera como el caramelo. ¿La ha visto? -Creo que no. ¿Es una mujer? -No lo sé. Después de varios días de búsqueda infructuosa, Emilio bajó los brazos y se dirigió a su casa. Elena lo esperaba en el salón, malhumorada. -¿Dónde has estado? –le preguntó ella. -Por ahí. -¿Por qué no llamaste? -No lo sé. Tenía miedo. -Te he echado de menos, ¿sabes? -Y yo creí que te había perdido.
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Marzo 2024
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