Israel de la Rosa
Hoy cenicienta31/1/2023 Navegar a tientas, sólo con el arrullo de tus dulces latidos, portentosa brújula; desechando el sueño amargo, la melancolía hoy cenicienta. Navegar de puntillas, respirar a ciegas por ti, esmaltando un amor desprevenido.
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Torpes versos27/1/2023 Cuando su sonrisa se eleva en el horizonte, abro de par en par las ventanas del corazón, y la casa se colma de luz. Cuando sus manos se posan en el alféizar, estallan todas las melodías del bosque. Y si un beso suyo anida con furiosa timidez en mi pecho, y si su abrazo me apresa, como apresa el papel los torpes versos que le escribo, despliego entonces nuevas alas y, pletórico, surco los cielos recién pintados. De hermosa miel25/1/2023 Entre mil fuentes de piedra, silente y oculta su llama a mis ojos tras un velo de prudencia, me acuna, me arrebata, y yo, graciosamente herido por el dulce aguijón de su mirada, me dejo naufragar. Niña de negras pinceladas, de enredados latidos, de hermosa miel, de manos envueltas en susurrante melodía, de cabellos laberínticos en que rindo vencido mis fuerzas. Entre tus mil fuentes, entre océanos de piedra, en el soleado patio donde hoy, marinero sin rumbo, extravío por ti la cordura. Huérfano de su mirada17/1/2023 Envidio tus colores, atardecer. Envidio esa maestría con que vuelcas tu púrpura en el horizonte, con que desgarras el firmamento. Envidio el dolor que infliges en los campos de siembra, la manera en que malogras las tímidas esperanzas de mi pobre jardín, al que tanto asusta el manto sombrío de tu ocaso. Ella, ansiosa, embriagada de ceremonia, se sienta puntual con las últimas luces, rebosante de suspiros. Quién, como tú, pudiera encender su alma, quién pudiera, como tú, abordar su corazón y tallar en él un tierno anhelo. Envidio el modo en que tiñes de amargo y moribundo ámbar tan hermoso lienzo, atardecer, y la forma en que seduces su mirada, de la que, por ti, tan huérfano quedo. Temprana primavera6/1/2023
En la orilla del sendero helado que forman, uno a uno, como tristes miguitas de pan, los fragmentos astillados del corazón; en el margen de tan turbio caudal, rebosante de quebrados suspiros, sepulcro espumoso de marchitas esperanzas; en la dulce ribera asoma hoy, más allá de los escombros, esbozada por el azar, una flor de inmensa belleza, de esbelto tallo y abrumadora sonrisa. Diminuta, bulliciosa fracción de temprana primavera, que embruja y transporta el alma malherida con su tierno abrazo, con la amorosa ofrenda de sus pétalos nuevos. Archivos
Marzo 2024
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