Relatos breves de una vida
Lo que hice ayer23/3/2022 La misión que he tenido, la que con más afán he llevado a cabo, ha sido perderte. Fue una misión secreta, incluso para mí. Ha sido el trabajo más minucioso que jamás he realizado, mi mayor hazaña. Y, como siempre ocurre cuando se pone empeño en cumplir bien un propósito, el resultado fue satisfactorio. La misión fue un éxito. Te perdí, te aparté de mi vida. Una maniobra impecable. Lo que sucede es que ahora no encuentro el regocijo, no sé dónde he puesto la euforia. Por más que lo busco, no encuentro el entusiasmo que dejan las buenas obras. En los cajones del armario no hay ropa, solo trampas. He resuelto organizarme, pero sucede que ahora no encuentro el humor de ayer, no sé dónde he guardado el sarcasmo. Por más que las busco, no encuentro las bromas con que burlé entonces la madrugada. En las hojas del calendario no hay fechas, solo trampas. He resuelto organizarme, pero sucede que ahora no me encuentro, sucede que ahora todo está cambiado. En los reflejos del cristal no hay miradas fugaces, solo trampas. Debiste gritar que te dolía, o que la noche te hacía temblar, o que te daba miedo cruzar la calle sola. Debiste hablarme al oído. Debiste enseñarme a escuchar, a entender lo que decías. Debiste hacerlo. A lo que he brindado mi tiempo, a lo que más tesón he puesto en mi vida, ha sido a perderte. Fue una labor misteriosa, incluso para mí. Ha sido el trabajo más escrupuloso que jamás he realizado, mi mayor proeza. Y, como siempre ocurre cuando uno se entrega por acabar bien su tarea, el resultado fue satisfactorio. Lo que hice ayer es francamente insuperable. Ya ves, me dediqué a perderte.
0 Comentarios
Dichoso marinero11/3/2022 Oculto en el amanecer ojeroso y tardío, escondido entre las páginas de un libro dormido, abrazado al murmullo de la corriente, tendido, arrastrado por los dulces vaivenes de un río, así permanece, somnoliento, ávido, afligido, mi deseo. Oculto entre las nieblas de una atormentada promesa, escondido, trémulo, entre los pliegues de tu falda, abrazado al caramelo hirviente de tu sonrisa, rosácea, malva, arrastrado por el tortuoso sendero que la estela de tus ojos dibuja en la tierra, en la hierba, en mi cabeza, en mi alma, así permanece, frágil, arrebatado, ansioso, mi deseo. Buscaré en los bolsillos de mi corazón, ay de mí, penoso aventurero, tocaré a las puertas de mi aliento, ay de mí, héroe sin acero, robaré la llave que conduce a tus sueños, ay de mí, atolondrado viajero, y treparé la doble y cálida muralla de tus piernas, ay de mí, y conquistaré el doble y tierno paraíso de tus senos, ay de mí, y navegaré, dichoso marinero, ay de mí, las aguas revueltas de tu piel, de tu más secreto anhelo, ay de mí, de tu mundo entero. Archivos
Abril 2024
Categorías
Todos
|