Relatos breves de una vida
Desnuda tú9/2/2024 Tañen campanas de amor, ya se aproxima el instante de la cita. Tiemblan mis manos al colarme en tu alcoba. Tiembla mi corazón, me asfixia la pajarita. Pardiez. Oh, vislumbro, entre vértigos, tu soñada desnudez, contemplando tu vestido al trasluz. Desnudo me quedé yo con la última factura de la luz. En un arrebato de impudor, te escribí ayer estos versos elegíacos; navegar como barquito por tu vientre, para mí, son tres paros cardíacos. Pasar ansío la noche entre tus brazos, yacer, ansío, dormido sobre el volcán de tu pecho desnudo, siempre ardiente. No quiera Dios que tanta pasión me pierda. ¿Qué es ese rumor? Amor, ¿qué es ese ruido? Ese ruido es mi marido. Mierda. No puedo escapar de esta amorosa alcoba. De qué me sirven tus piernas abiertas, ventanas abiertas quiero yo. O dos pistolas. O mis pantalones, puñetas, para que no me sorprenda en bolas. Rompo los cristales, sangran mis manos, y también mi honor, mi dignidad. Un séptimo piso... Ya es mala suerte. Maldita la hora en que decidí quererte. Maldita mi voluntad. Adiós, desnuda tú, ninfa voluptuosa, adiós, mundo dulce, mundo amargo. La caída será espantosa. Mil veces debí preferir, de mis bienes, el embargo.
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